Akkermansia fue el nombre otorgado por Muriel Derrien et al. en el 2004 a una nueva bacteria aislada de una muestra fecal de un individuo adulto sano. Las células de esta nueva bacteria tenían forma de ovalo, no presentaron motilidad, y se tiñeron como gram negativas. Esta nueva bacteria también mostró ser estrictamente anaeróbica, quimio-organotrofica, y mucolítica en cultivo puro.
Fui presentado formalmente con Akkermansia en el 2014 en un artículo con la Dra. Giuliana Noratto evaluando el efecto del jugo de durazno y ciruela en la microbiota intestinal de ratas Zucker obesas. Más tarde, y también gracias a Giuliana, en el 2016 mostramos tanto con secuenciación masiva como con PCR cuantitativo, que ratones obesos tenían menos Akkermansia en comparación con ratones no obesos, y que el consumo de trigo integral ayudó a disminuir aún más la abundancia de esta bacteria. También mencioné en ese entonces que era importante tener en cuenta que "una mayor abundancia en las heces no necesariamente implica una mayor abundancia en el moco". Han pasado algunos años desde estas publicaciones, pero la emoción acerca de Akkermansia continúa, tanto en medicina humana como veterinaria.
Akkermansia se volvió "famosa" a lo largo del tiempo por varias razones, pero sin duda la más importante es su relación con obesidad. Clara Depommier et al. en el 2019 publicaron los resultados del primer estudio piloto aleatorizado, doble ciego, y controlado con placebo, acerca del uso de Akkermansia muciniphila en voluntarios con sobrepeso/obesidad resistentes a la insulina. Otra razón por la cual creo que Akkermansia es fascinante es con relación al tema de coevolución de formas de vida, por ejemplo entre nuestros cuerpos y los millones de microorganismos en nuestras mucosas internas. Pero esto es tema para después.
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